Volver a lo básico para mejorar tu fertilidad -Consejos prácticos
Según la medicina china, vivir en el dao significa que estamos viviendo de acuerdo con las leyes de la naturaleza. El dao es el proceso natural del desarrollo de la vida, es vivir naturalmente sin estrés en contacto con la propia vida espiritual y en armonía con nosotros y nuestro entorno. Aunque el concepto suena idílico, no es totalmente práctico, especialmente en estos tiempos donde el estrés puede ser nuestro pan de cada día.
¿En qué afecta esto a nuestra fertilidad?
La fertilidad no es un proceso aislado, como todos los sistemas de nuestro cuerpo está relacionado con nuestra salud y bienestar. Cuando tenemos inflamación, cuando nuestra microbiota no está equilibrada y diversa, cuando nuestro sistema hormonal no está regulado y nuestra salud mental está alterada, la homeostasis (Estado de equilibrio entre todos los sistemas del cuerpo necesarios para sobrevivir y funcionar de forma adecuada) se ve impactada.
La coach y experta en fertilidad en Estados Unidos Aimee Raupp recomienda siempre un abordaje holístico de mente-cuerpo- alma para optimizar la fertilidad. “La fertilidad es más que tus niveles hormonales o tu edad o cualquier otro diagnóstico que está cerniéndose sobre ti”.
¿Cómo nos estamos alimentando?
Nuestros ancestros no estaban preocupados por la última dieta para la fertilidad porque todo lo que consumían era natural, sin procesar y ecológico. Para mejorar nuestra salud y nuestra fertilidad tenemos que intentar consumir alimentos nutritivos, sin procesar y si es posible que provengan de agricultura sostenible para que conserven todo su poder alimenticio.
Volver a lo básico en la alimentación puede traer muchos beneficios para tu salud: concentrarnos en la comida hecha en casa, con ingredientes provenientes de agricultura local y de temporada nos permite adquirir todos sus beneficios nutricionales, pero también reduce la exposición a tóxicos perjudiciales a los que nos exponemos cuando comemos constantemente fuera.
La tecnología, las pantallas y los móviles
Nuestros abuelos no se desvelaban en las redes sociales, ni cambiaban las horas de descanso por series de netflix, numerosos estudios han revelado el impacto que tienen las luces de las pantallas sobre nuestro ritmo circadiano y nuestro descanso. Nuestro organismo tiene un ritmo fisiológico que se repite cada 24 horas y que armoniza la vigilia y el sueño, este ritmo regula todas nuestras funciones fisiológicas y un exceso de luz artificial hace que se altere.
La disrupción circadiana da como resultado alteraciones en el ciclo vigilia/sueño, en la temperatura corporal, en la regulación y también en la producción de hormonas.
Leer libros en lugar de pantallas, meditar o escribir antes de dormir y evitar las pantallas dos horas antes de dormir puede ayudarte a regular tus hormonas, a dormir mejor y mejorar tu salud y fertilidad.
Bienestar Emocional
Posiblemente nuestros ancestros no tenían los niveles de estrés que manejamos actualmente: correos electrónicos que se acumulan en la bandeja, llamadas y mensajes fuera de las horas de trabajo, demasiadas actividades sociales que dejan poco tiempo para el cuidado personal o el tiempo en familia. Manejamos muchas cosas a la vez, tenemos el móvil siempre a nuestro alcance y durante el día tenemos pocos momentos de tranquilidad o de conectar con la naturaleza.
Durante situaciones extremadamente estresantes, cualquier sistema que no sea necesario para la supervivencia se apaga. El estrés puede incluso detener la actividad del eje hipotalámico-pituitario-gonadal, que controla el sistema reproductivo. Esto puede interrumpir la conexión entre el cerebro y los ovarios y causar retrasos en la ovulación o ausencia de esta y períodos irregulares o perdidos.
La doctora Eva Luo del Beth Israel Deaconess Medical Center en Boston explica: “Tu cuerpo prioriza las funciones para ayudarte a superar este período (de estrés). En los días de los hombres de las cavernas, esto aumentaba nuestra capacidad para alimentarnos y dejar atrás a los depredadores. Tu cuerpo sabe que procrear mientras te cazan es una terrible idea, por lo que el sistema reproductivo se ve afectado”.
No es práctico ni fácil sacar tiempo diariamente para desconectar, manejar nuestros niveles de estrés y a la vez enfrentarse a la infertilidad. Un estudio realizado en la Universidad de California que siguió a 352 mujeres que buscaban tratamiento para la infertilidad encontró que más de la mitad de ellas mostraban signos de depresión y alrededor de 3 de cada 4 mostraban signos de ansiedad.
El ejercicio, el yoga, la meditación, la terapia cognitiva conductual, terapias individuales o grupales y el mindfulness pueden ayudarte a controlar los niveles de estrés. Es especialmente importante priorizar la atención de la salud mental, ya que afecta enormemente la salud y la fertilidad.
Toxinas y disruptores endocrinos
Es sorprendente que la mayoría de las mujeres que quieren quedar embarazadas o que sufren de infertilidad, no tienen conocimiento, ni han escuchado, de los peligros y el impacto que pueden tener algunos medicamentos o tóxicos en la fertilidad. La mayoría están centradas en la dieta o los medicamentos para conseguir ese embarazo tan deseado, sin tener en cuenta un aspecto trascendental como es la exposición a diversas toxinas en sus rutinas diarias, que pueden estar afectando negativamente su fertilidad.
Estamos rodeados y expuestos a tóxicos diariamente, pero niveles altos de algunos compuestos como el BPA o los ftalatos han sido asociados con infertilidad femenina y masculina, baja calidad de óvulos y esperma y abortos y anormalidades cromosómicas.
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Aunque sería casi imposible para muchos de nosotros vivir como nuestros antepasados, si podemos implementar algunos cambios y costumbres que puedan ayudarnos a mejorar nuestra salud y optimizar nuestra fertilidad.
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